jueves, 18 de febrero de 2010

Territorios mexicanos visitados por sus zonas arqueológicas


Centro de México
Un acercamiento a la porción central de México nos permite constatar la riqueza de un territorio que se extiende desde la Sierra Madre del Sur hasta el límite norte del altiplano en las huastecas, en el que existe una gran diversidad de climas y paisajes en función de la altura, la posición geográfica y la precipitación pluvial.
Escenario principal del mundo prehispánico, ya que en el corazón de esta región tuvo su asiento principal el imperio mexica, y fue precisamente aquí donde se libraron las batallas mas importantes entre las tropas de los conquistadores y los pueblos indios.
Además, durante el siglo XVI tuvo lugar el más importante esfuerzo evangelizador, que no sólo cambiaría la fe, sino que construyó sobre los vestigios del pasado las ciudades y pueblos que integran la nueva geografía. El desarrollo de la agricultura y la minería propició el crecimiento urbano, convirtiendo a esta región en una de las más ricas en arte y arquitectura colonial de México.

Península de Baja California
Tuvo que pasar mucho tiempo para que la península de Baja California, que limita al norte con Estados Unidos, al oeste con el Océano Pacífico y al este con el Mar de Cortés, por fin apareciera en el mapa turístico de México y del mundo.
Un recorrido de norte a sur a través de sus 1 300 kilómetros de longitud nos llevará de sorpresa en sorpresa, en medio de un paisaje árido y clima seco. En la puerta fronteriza está Tijuana, centro turístico por excelencia que año con año recibe centenares de miles de visitantes; las corridas de toros y el hipódromo, además de otros espectáculos, han sido de gran atractivo; a esto se agregan la playa de Rosarito y su acantilado, ideal para el buceo y la pesca, y el puerto de Ensenada, que se ha ido convirtiendo en la capital cultural del estado de Baja California.
Al sur, lo que le espera tiene una larga historia: las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco realizadas por cazadores-recolectores, las misiones jesuitas -como la de San Javier y Loreto-, el desarrollo turístico de Los Cabos, la ciudad de La Paz, punto ideal para iniciar una jornada de pesca, para de visitar a las ballenas y para organizar recorridos en yate, lancha y kayac hacia la isla cercana, que posee las playas más bellas de México.

Golfo y sur de México
Una característica especial de esta franja costera del golfo que forman Tabasco, Veracruz y el territorio chiapaneco es la fertilidad de sus suelos, que todavía dejan ver muestras de lo que fueron selvas intrincadas y parajes siempre verdes. No menos interesante es que ahí tuvieron su asiento grandes civilizaciones, como la olmeca en la región costera y la maya en la accidentada geografía de Chiapas, además de culturas tan importantes como las de los huastecos y totonacas en Veracruz.
Escenario relevante en la historia de México y puerta de entrada del conquistador Hernán Cortés, la costa del golfo sobrevive a muchas contiendas y hoy vive un gran desarrollo gracias a la existencia de un destacado centro industrial y, desde luego, como productor número uno de petróleo en México.
El paisaje y el colorido, los grupos étnicos, las fiestas, las tradiciones y la comida, entre otros elementos, forman un mosaico difícil de describir. Para el que lo visite será sorprendente ver en ese mismo territorio verdes montañas, el Pico de Orizaba, a 5 747 msnm, la cumbre más alta de México y las tierras bajas de Veracruz, Tabasco y Chiapas, donde la temperatura obliga el uso de ropa ligera.

Norte de México
Dilatadas planicies de clima árido atravesadas por dos cordilleras, la Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre Oriental y en medio de ellas el gran Desierto Chihuahuense, son los signos distintivos de la geografía de este territorio. Habitado desde tiempo inmemorial por cazadores-recolectores, los tarahumaras en Chihuahua, los yaquis en Sonora y los huicholes en Zacatecas, el norte de México ha llamado la atención de misioneros y viajeros desde el siglo XVI a la fecha.
La arquitectura y la cerámica de la cultura Paquimé sorprenden por su originalidad y calidad. Para constatarlo basta una visita a la zona arqueológica de Paquimé y al museo que ahí se encuentra. Otros lugares que distinguen a la región norte son la Reserva de la Biosfera de El Pinacate, las Barrancas del Cobre, famosas por sus grandes cascadas y microclimas, la sierra de Durango, la Reserva Natural de Cuatro Ciénegas en Coahuila, los pueblos mineros y agrícolas en el sur de Chihuahua, la ciudad de Álamos en Sonora, el fértil Valle del fuerte en Sinaloa y la ciudad de Zacatecas. Otro sitio que vale destacar es Monterrey, en Nuevo León, que es hoy una ciudad pujante y moderna y que define en cierta medida lo que es una cultura del norte.

Costa del Pacífico
No hay duda de que en la costa del Pacífico, desde Sinaloa hasta Oaxaca la naturaleza ha sido generosa. Sinaloa ofrece la posibilidad de pernoctar en Mazatlán, que cuenta con servicios de gran turismo, o de visitar los esteros donde se cultiva el camarón y donde se puede acampar en playas desiertas. Nayarit es ideal para quienes saben disfrutar del paisaje, de la vegetación y de las condiciones naturales. Colima posee un lugar excepcional, Manzanillo, dotado de bellas playas. Jalisco es famoso por su Costa Alegre, donde usted encontrará lugares reservados para el gran turismo y desde luego la ciudad de Guadalajara, que reúne modernidad, señorío y belleza. Oaxaca, bello en la costa, tradicional en montañas y valles, magnífico en sus conventos y señorial en la ciudad capital, que remata como un brillante esta región, que es de las más visitadas en México por sus monumentos arqueológicos y coloniales, su folclor, su comida y la certeza de que se trata de un pueblo con una larga tradición histórica.

Península de Yucatán
Ya en el siglo XIX Yucatán alcanzaba fama mundial por sus tesoros arqueológicos y por la guerra de castas que se libró en la segunda mitad de ese siglo. Los hallazgos arqueológicos han sido acontecimientos de enorme importancia, y la mayoría de los turistas que vienen a México no pierden la oportunidad de visitar Chichén Itzá y Uxmal como referentes del desarrollo que alcanzaron los mayas en esta región. Pero en las Tierras Bajas de Yucatán, formadas por una placa de piedra caliza hay muchos otros atractivos, entre ellos los cenotes y las tibias playas de blanca y fina arena; Cancún y la Riviera Maya son una prueba contundente de ello y una experiencia que muy pocos se quieren perder.
Para quienes gustan de seguir la huella de la época colonial encontrarán bellos ejemplos en Campeche y Mérida. Clima cálido, gente hospitalaria, gastronomía refinada y la alegría natural de sus pobladores identifican a esta región como un espacio al que todos desean llegar.

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